Los problemas circulatorios que pueden aparecer en los viajes de larga duración.

Las investigaciones han demostrado que como resultado de la inmovilidad prolongada, por ejemplo, durante un viaje largo, ya sea en coche, autobús, tren o avión, pueden aparecer problemas en nuestro sistema circulatorio, entre los que destaca la formación de coágulos en la sangre dando lugar a la denominada Trombosis Venosa Profunda (TVP).


La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un gran estudio de investigación (“WHO Research Into Global Hazards of Travel”: WRIGHT), para establecer si hay un incremento del riesgo de tromboembolismo venoso en los viajes en avión, determinar la magnitud del riesgo y la implicación de otros factores y estudiar el efecto de las medidas preventivas.

Los resultados de los estudios epidemiológicos indican que el riesgo de TVP es aproximadamente el doble o el triple después de un vuelo de duración media de (más de 4 horas), y también en otras formas de viajar con inmovilidad prolongada. El riesgo se incrementa con la duración del viaje y con múltiples vuelos dentro de un corto periodo de tiempo. En términos absolutos, un promedio de 1 viajero por cada 6.000, sufrirá TVP en un vuelo de duración prolongada.

En la mayoría de los casos de TVP los trombos son pequeños y no provocan síntomas. El organismo es capaz de disolver gradualmente el trombo sin consecuencias a largo plazo. Los trombos más grandes pueden ocasionar síntomas como hinchazón de piernas, sensibilidad en la zona, irritación y dolor. 

En ocasiones una parte del trombo puede desprenderse y desplazarse por la corriente sanguínea hasta acabar alojado en los pulmones. Esto se conoce como embolismo pulmonar y puede provocar dolor en el pecho, dificultad respiratoria y en casos graves, la muerte súbita. Esto puede ocurrir muchas horas e incluso días después de la formación del trombo en la extremidad inferior.

El riesgo de desarrollar TVP durante los viajes aumenta cuando intervienen otros factores de riesgo añadidos. Entre éstos se incluyen los siguientes:

• TVP o embolismo pulmonar previos.

• Historia de TVP o embolismo pulmonar en un familiar cercano.

• Uso de terapia de estrógenos -anticonceptivos orales (la “píldora”)-
  o terapia hormonal sustitutiva (THS).

Embarazo.

Cirugía o traumatismo reciente, especialmente del abdomen, región pélvica o piernas.

Cáncer.

Obesidad.

• Ciertas anomalías genéticas de la coagulación de la sangre.

El TVP es más frecuente en las personas mayores. Algunos investigadores sugieren mayor riesgo en fumadores y pacientes con varices.

Es recomendable que las personas con uno o más de estos factores de riesgo pidan consejo médico específico, a su médico o en un centro de atención al viajero, con antelación suficiente antes de embarcar en un vuelo de 4 ó más horas de duración.